¿En qué estás pensando?
El ser humano es, en general, un sujeto despreciable y egoístamente posesivo. Muchas personas, demasiadas, equiparan el hecho de convivir en pareja (en cualquiera de las mil variantes que la humanidad perversamente ha desarrollado para perpetrar tal atentado al desarrollo individual), muchas personas equiparan ese hecho, decía, con la liquidación de la intimidad personal. Esa mierda que se ha venido a llamar "Convivencia en pareja" (o eufemismos similares para designar al acto por el cual dos personas aportan su felicidad individual a la cosa común donde dichas felicidades no se suman sino que se restan y aniquilan mutuamente). Digo que esa mierda denominada Convivencia en Pareja supone aportar y compartir ciertas cosas. PERO NO TODAS. Y ahí está el error de mucha gente. Sobre todo de aquellas personas que han hecho de su inseguridad un vicio, una enfermedad y un arma arrojadiza para masacrar al otro que pasa a ser, más que un compañero, un contrario al que hay constantemente que fiscalizar. Entonces hay que compatirlo todo, piensan esas personas, y compartirlo todo significa que se siente con el derecho de bucear en las intimidades pretéritas, presentes y futuras del otro, significa una trepanación virtual del cerebro del compañero-contrario, significa preguntarte todo el puto día, "¿en qué estás pensando?" (¿Y a ti qué coños te importa?), significa la abolición del espacio físico individual, del aire que respiras, de media hora tranquilo para cagar, del derecho a la masturbación o a mirar las tetas/el paquete de la vecina/el vecino, significa babuchas espía que se arrastran por los pasillos, significa que sienten deseo de abrirte el cerebro por la mitad y dejártelo como un pescado dispuesto a que lo asen a las espalda, pero no se dan cuenta, los pobres gilipollas, de que si hacen eso accederán poco más que una masa sanguinolenta que burbujeará hasta que se vacíe el corazón del otro, y no alcanzarán a conocer nada más, y entonces se sentirán estúpidos y tontos del culo.
Pero seguirán culpando al otro de su fracaso.