viernes, 25 de mayo de 2007

¿En qué estás pensando?

El ser humano es, en general, un sujeto despreciable y egoístamente posesivo. Muchas personas, demasiadas, equiparan el hecho de convivir en pareja (en cualquiera de las mil variantes que la humanidad perversamente ha desarrollado para perpetrar tal atentado al desarrollo individual), muchas personas equiparan ese hecho, decía, con la liquidación de la intimidad personal. Esa mierda que se ha venido a llamar "Convivencia en pareja" (o eufemismos similares para designar al acto por el cual dos personas aportan su felicidad individual a la cosa común donde dichas felicidades no se suman sino que se restan y aniquilan mutuamente). Digo que esa mierda denominada Convivencia en Pareja supone aportar y compartir ciertas cosas. PERO NO TODAS. Y ahí está el error de mucha gente. Sobre todo de aquellas personas que han hecho de su inseguridad un vicio, una enfermedad y un arma arrojadiza para masacrar al otro que pasa a ser, más que un compañero, un contrario al que hay constantemente que fiscalizar. Entonces hay que compatirlo todo, piensan esas personas, y compartirlo todo significa que se siente con el derecho de bucear en las intimidades pretéritas, presentes y futuras del otro, significa una trepanación virtual del cerebro del compañero-contrario, significa preguntarte todo el puto día, "¿en qué estás pensando?" (¿Y a ti qué coños te importa?), significa la abolición del espacio físico individual, del aire que respiras, de media hora tranquilo para cagar, del derecho a la masturbación o a mirar las tetas/el paquete de la vecina/el vecino, significa babuchas espía que se arrastran por los pasillos, significa que sienten deseo de abrirte el cerebro por la mitad y dejártelo como un pescado dispuesto a que lo asen a las espalda, pero no se dan cuenta, los pobres gilipollas, de que si hacen eso accederán poco más que una masa sanguinolenta que burbujeará hasta que se vacíe el corazón del otro, y no alcanzarán a conocer nada más, y entonces se sentirán estúpidos y tontos del culo.
Pero seguirán culpando al otro de su fracaso.

martes, 15 de mayo de 2007

El Cliente Nunca Tiene la Razón



No sé Ustedes, pero en los últimos tiempos yo tengo la sensación creciente de que el tipo que entra en un establecimiento a comprar es tratado como un verdadero gilipollas. Ese maltrato se constata en cualquier sitio donde se pueda adquirir algo, ya sea una verdulería, un taxi, un restaurante, un taller o una inmobiliaria.

Hace años, muchos años, no sólo se decía, sino que se practicaba, el lema de que “El Cliente Siempre Tiene la Razón”. Los dependientes trataban al cliente con educación, con respeto, escuchaban sus preferencias e intentaban contentarlo, cerrando una venta que fuera satisfactoria para ambas partes. Incluso era frecuente encontrar algo de sinceridad, cuando a uno lo atendían.

Hoy es justo al contrario: el cliente nunca tiene la razón y además es un hijueputa al que hay que joder. El cliente, por el mero hecho de demandar un producto o servicio, ya es culpable de algo. No es un menda que va a darte de comer y a contribuir a que tu negocio florezca, no. Es un capullo que viene a interrumpir tu descanso, un gilipollas que viene a molestar con sus impertinencias, un imbécil al que hay que engañar y colarle al doble de precio el peor y más polvoriento producto que tengas en el fondo de tus roñosas estanterías.

Puede que el problema sea yo, no lo voy a negar. Puede que en realidad YO SEA GILIPOLLAS y puede que por esa característica intrínseca de mi personalidad sea el prototipo de individuo tontaina predispuesto a que lo estafen. Una especie de imán para la mierda ajena. Aún así, estoy seguro de no ser el único.

En cualquier caso, estoy harto de que el vino que me recomiende el camarero sea una puta mierda (no tenía el que yo le pedí a pesar de anunciarlo en la carta); asqueado de sus uñas negras (combinadas con su fingida amabilidad de barrio); cansado de las mentiras de los mecánicos (joder, si tú eres el mecánico, ¿por qué soy yo quien tiene que buscar por ahí los recambios?); hasta las narices de que las consecuencias de la ineptitud ajena recaigan siempre en mi cuenta corriente.

Harto de no tener nunca la razón. Estoy por no salir de mi casa. En los últimos tiempos he reducido tanto la lista de restaurantes, tiendas y negocios variados por haberme sentido estafado, que voy a terminar por alimentarme con mi propia mierda. Con tal de no salir a comprar.

sábado, 5 de mayo de 2007

Aburrido

Armando Nuez estaba tan aburrido que no encontraba sentido a la vida. Joder, para no encontrarle sentido a la vida tampoco es que haga falta estar muy aburrido, digo yo. Las ratas, por ejemplo, se divierten que te cagas correteando por esas alcantarillas del demonio y, ¿qué sentido le puede encontrar una hedionda rata a la vida?. Bueno, ellas entienden el sentido de la vida en el follar, por eso tienen tantas crías. Vale, el ejemplo de la rata no sirve.

Pero bueno, el caso es que Nuez estaba tan aburrido que pasaba las horas intentando dar vueltas a tornillos italianos. Entonces le ofrecí: "Wey, yo lo único que puedo hacer por ti es pedirte que me acompañes a una gestión que tengo que hacer esta tarde". Para qué fue aquello: Armando se alegró tanto que se puso a mi disposición de inmediato, no importaba que tuviera que comer a toda prisa ni que tuviera que apretar su agenda vacía para cumplir conmigo. No lo hacía para cumplir conmigo, eso es claro: lo hacía por dar sentido a su vida. Las ratas follan. Armando me acompaña a una gestión. Así es como cada uno encuentra sentido a su vida.

Total que Armando me pasó a recoger por mi casa (por cierto, hacía un frío que te dejaba los güevos angulosos) y mientras íbamos en su coche a nuestro común destino, me confesó con voz trastabillante que el haber quedado conmigo era el hecho más emocionante de los últimos seis meses de su vida (joder, ¡¡cuánto no follará una rata en seis meses!!). Me dijo que no recordaba haber comido con tantas prisas como aquel día, el hacerse una tortilla a toda leche "porque miraba el reloj y no llegaba, no llegaba". En estas, con los nervios, al abrir la nevera se le cayó un huevo al suelo, un huevo de los de la nevera, no de los suyos. Dizque se quedó allí quieto, con una mano en el asa de la puerta abierta de la nevera, mirando al piso, los zapatos salpicados por la clara del huevo estampado contra el suelo. Treinta, cuarenta segundos así. Luego pensó: "Señor, yo no entiendo mucho de esto, pero creo que se le ha roto un huevo".

Armando Nuez me contaba todo esto con la misma emoción con que otras personas me han contado sus viajes a Tanzania, o sus aventuras en medio del puto desierto. Yo me sentía feliz porque a través de aquel acto de caridad me creía un hombre bueno y redimía parte de las culpas que a diario me endosan y que tienden a hacerme pensar que soy un pedazo de cabrón. Y además, Nuez me fue de gran utilidad en mi gestión.

Así que ya saben: si algún día se sienten aburridos, tiren un huevo al suelo y esperen a ver qué se les ocurre.

Eso o... follen como ratas.




sábado, 28 de abril de 2007

BAISERS VOLÉS

Al Sr. Ingle.

Arlequino Fournier es un señor de amplia sonrisa, ojos grandotes y manos medianas. Casi, casi, como cualquier señor de Murcia.

Tiene una vecina que le quita el sueño. Es tremenda de guapa, de alta, de rubia y de todo. Arlequino siempre la mira a través de las cortinas y le gusta sentir como el vuelo de las telas le roza las piernas...
Entonces cierra los ojos y piensa que es ella.

Hace lo que sea por verla: la espera en el rellano, en el ascensor, al bajar la basura y en los días de lluvia la espera con un paraguas. Pero casi nunca coinciden.
Una vez se la encontró en el ascensor pero se puso a tartamudear: al menos tuvo iniciativa.

Él cada vez se siente peor y más desesperanzado, y dentro de su locura de amor, cree que la única forma de convertirse en alguien reseñable, es consiguiendo tocar a la vecina.

Estando en la calle volviendo de hacer la compra, vio pasar un bus viejote que anunciaba con un gran cartel lateral “Algunos hombres buenos”.
- Y algo tontos-, se dijo Arlequino, sacando su bono para subir al transporte público.
El vehículo estaba atestado de gente, costándole lo suyo poder encontrar un hueco hacia el fondo. Cuando ya estaba más o menos situado, le zarandeó un frenazo repentino y tropezó con la mujer que le daba la espalda, y con la confusión, apoyó la bolsa de la compra en el trasero de la inocente usuaria. La mujer se giró, y para zozobra de él, era la vecina.
Ella bajó la mirada y miró la bolsa de la compra.
- Tengo plátanos-, acertó a decir Arlequino.
- ¿Eres pentaplátano?- preguntó con cierta coquetería la vecina.
- Soy casi murciano-, dijo él, como disculpándose.
- Entonces sabes de pimientos-, dijo ella llena de emoción.
Y él se perdió en los ojos de ella y ella en los ojos de él, y ya no fueron dos, sino solo uno, y se dejaron mecer por el traqueteo de la marcha y de la marea humana del cocherito leré.

Desde ese día, los dos se dejaban rozar las piernas con las cortinas en casa de Arlequino y solo comían postre.

sábado, 21 de abril de 2007

Identidad

Cierto día me cansé de llamarme Edmundo Mantel. Quiero decir, no me cansé, sino que decidí proteger mi identidad: uno no sabe los locos que hay en la vida que no es la de internet. Así que fui al Registro Civil y le dije al funcionario: "Verá, quiero cambiar de nombre". "¿Cómo se llama Usted?" -me dijo. "Mantel, Edmundo Mantel"-respondí. El tío empieza a teclear en el ordenador y dice: "Anda, ¿es Usted el Edmundo Mantel que tiene un blog?". Y yo, "Ejem, sí... ese soy...". Y él: "Ya... pero... por qué se quiere cambiar de nombre, Edmundo Mantel Ulloa es un nombre con prestancia, emana dignidad". Y yo: "Mire, a mí también me gusta, de verdad, me encanta ese nombre y esos apellidos pero... me gustaría no tener que usar el mismo en la vida real, me gustaría que mi nombre de la vida real no se involucrara con el de la vida virtual". Y él: "¿Y eso?". Y yo: "Para proteger mi verdadera identidad". Y él: "Empiezo a estar perdido... ¿Cuál es su verdadera identidad?". Y yo: "Joder, esa, la que acaba Usted de ver: Edmundo. Esa es mi verdadera identidad, ¿es que no se nota en las tonterías que escribo?". Y él."Ya. Entonces quiere elegir otro nombre para la vida que no es la de internet y quiere dejar su verdadero nombre en la vida que es la de internet". Y yo: "Sip". Y él: "Vale. ¿Qué nombre desea?". Y yo, "Buenoo, el que deseo es el de Edmundo, el otro no lo puedo elegir, puesto que ya lo han elegido por mí". Y él: "Ajá... ¿y bien?, no es que tenga prisa... pero... verá... la hora del desayuno y tal". Y yo "Mire, cuando nací en la otra vida, en la que no es la de internet, mis padres quisieron llamarme Fredy". Y él "Juas, juas, juas" se parte de la risa, el cabrón, y dice "¿Fredy?, joder, amigo, Fredy es nombre de perro, ahora comprendo que te quieras llamar Edmundo". Y yo, "Bueno, ya está bien. En el Registro no se lo permitieron inscribir; ese nombre fue porque mis padres estaban recién llegados de Venezuela y... ya sabe... si supiera cómo se llama mi hermano el que no me habla....". Y él, secándose las lágrimas de la risa: "Diga, hombre, diga, ¿Cómo se llamaba?". Y yo. "Walter, se llama Walter". Y él se tira al suelo, se echa las manos al estómago y se descojona en tal modo que tiemblan los archivadores. Hasta yo me río. Walter, hay que joderse, ¿en qué coño estaban pensando mis padres?. Total que el tío me dice: "Bueno, y entonces cuál es ese nombre que eligieron para Usted y que es el que quiere usar fuera de internet para proteger su verdadera identidad Mantel". Y yo, "Pues... Armando Nuez, será, no me queda otra". Y él. "Vale. Armando Nuez es más aceptable que Fredy, lo inscribiré, pues". Y yo: "Gracias". Y él, "perdone, ¿Y sus amigos? ¿Cómo le llaman?". Y yo, "¿Mis amigos?. Buf, me llaman A, Ar, Arm, Armand, Hasta uno me llama Mand, el cabrón. Pero Armando no me llama casi nadie,casi todos Ar o Arm". Y el tío se sonríe, me da la mano y me dice: "Vale, Edmundo, quedas inscrito, que tengas suerte, y a ver cuándo vuelves a colgar algo en tu puto blog de mierda". Y yo le digo: "Cojonudo, wey. Chau".

viernes, 13 de abril de 2007

Pintor de cerdas

Rosa Llovizna quería pintar las habitaciones. Comenzó en el solsticio y ya había venido la prima Vera. La tarea seguía sin realizarse porque todo lo dejaba para lué. La niña quería blanco y manzana, la abuela ocre y cereza y el chucho manucho quería su caseta de chocolate con nata. ¡Todos querían sus colores! ¡Yaaaa! ¿Entendés, Rosa Llovizna? Nos meamos por las patas si no tenemos pintado antes de que la prima Vera se nos vaya.
Le hablaron de un pintor muy rápido y barato. Es un pintor de cerdas, le explicaron. En un solo día deja listas las habitaciones. No cobra materiales. Y lo llamó.
Ragebundo Pantriel apareció a las siete de la mañana y ordenó un mate para calentarse. Por un momento Rosa Llovizna creyó en el retorno del hombre lobo, pero no. Venid, Evita, fijaros lo peludo. ¿Y no trae el material? ¿Dónde guarda las brochas?
El hombre se desnudó, dejó al descubierto su piel de oso peloso y mandó a la niña a subir los botes de pintura. Giró como una peonza y se impregnó de los colores. Dejó la panza para el blanco, el culo para el verde manzana, los brazos para el cereza, y el pitulín para el chocolate del perro.
Mandó pinchar un merengue de Elvis Crespo y al ritmo que la música le marcaba ("Píntame") en un tris tras dio colores a la vivienda. Se fue manchado y se olvidó de cobrar.
Rosa Llovizna quedó muy contenta. Llamó a Evita y la tumbó para celebrarlo. Yo las observé detrás de las cortinas por un rato y luego me aburrí porque se quedaron dormidas.
El Video lo colgué en You Tube pero duró dos días y me lo censuraron.

jueves, 5 de abril de 2007

MANZANITA TRALARÁ

La Sra. Llovizna tiene mal dormir.
A las siete de la mañana seguía intentando hacer silencio.
Pero mira el cielo y se marea.
Mira el reloj y se marea. Bueno, relojes.
Se nos está haciendo mayor la Sra. Llovizna.

Doña Rosa ayer cenó puerro, y es algo que jamás debemos permitir. Ve cosas raras y dice cosas raras. Pero es que confunde los puerros con los porros. Al segundo mordisquito de puerro, se le pone cara de ir en bicicleta. Je.

Ella cree que la purrusalda es una comuna de ye-yés y de golfas descarriadas que fuman porros, para acabar metiéndose en una celdilla de Excel. Amontonados, unos encima de los otros. Y si se amontonan por la tarde, hablan alemán. Que gentucilla.

La purrusalda no es más que un plato preparado a base de puerros, bacalao y tiempo. En algunos lugares es conocido como parrusalda, y ¡aja!, justo ahí empieza el problema.

A continuación vamos a vivir un momento Discovery, etimológicamente hablando.

La parrusalda es una cómoda, espontánea y vulgar interpretación de la palabra purrusalda. Pero, amiguitos míos, en el pueblo de la Sra. Evita, el parrús fue lo que se tocó la beata Chús. De ahí que la mencionada receta tenga bacalao, y que se le dedique tiempo. Dicen que la beata Chus murió de onanición. No me extraña.

Pero aquí no acaba la cosa, que la cocina es muy picaruela.
Concha de cangrejo rojo rellena.
Ya, ya.
La receta dice que se use la concha del cangrejo rojo por qué es más grande, y que se rellene con la carne del cangrejo azul. Parece ser que al cangrejo rojo la concha le hace eco, o como dice el vulgo, que la tiene para servir a patria y regimiento.
Los cangrejos azules deben de tomar pastillitas azules: hay mucho que rellenar.

Total, que todo muy ordinario. Donde esté el virginal bocadillo de mortadela…

Pues todo esto yo lo decía para hacer tiempo, y bulto, ya que la idea principal de esta entrada es presumir de que por 200€ me he cambiado placa y procesador y me he marcado un Mac OS X que si fuese blanco iPod irradiente me hubiese costado 1900€.

Je.

Señores lectores:

Sírvanse leer de esta estúpida entrada solo la letra destacada. Se enterarán de lo mismito y llegarán antes al estupendo párrafo final.


miércoles, 28 de marzo de 2007

Almuerzo con Jesús


Me manda recado Rosa Llovizna que hoy la perdonen, que no puede ni ir a limpiar ni venir a comentar, y que tiene una mañana de gozo perezoso y peluda como oso (la mañana, me entiende, peluda es el cielo encapotado).
Que nadie la moleste. Verán. Tiene invitado a comer a Jesús Potajero. Con el menú no hay problema (si fuera el griego le daría higos, otra cosa se vería). Jesús Potajero desayuna potaje, almuerza potaje, merienda potaje y por la noche... caga potaje. El pobrecito con tanta fibra se le desorienta la tripa.
Mi padre también desayunaba potaje a veces, hace tiempo, cuando los donuts no se habían inventado porque a nadie se le ocurrió poner agujero en el centro de los bollos. Los dulces eran aburridos, y así la gente no los compraba.
Rosa Llovizna está contenta porque tener a Jesús Potajero de comensal es una Bono Loto con premio. Jesús Potajero no es que tenga conversación, pero trae bajo el brazo su album de fotos, con cascadas, bosques, troncos, cosas raras, paisajes de campo, como de sitios de oveja con su teje maneje.
Jesús Potajero es campechano, si le ofreces un mate se lo bebe aunque esté amargo. Chupar de la bombilla que chupó Jesús Potajero es como chuparle el culo de miel a una zángana.
Cuando le toque a la puerta, Rosa Llovizna piensa recibirlo con esta frase:
"Welcome to the jungle", de lo dice un ganso rosa, en concreto Rosa, rosa Llovizna, para servirle: ¿le sirvo ya el potaje?

domingo, 25 de marzo de 2007

BARRIÓ SESAMO


Y dicen que iba contoneándome.

Pasaba yo por delante de casa de Doña Llovizna justo cuando ella le daba lustre a la cerda de exteriores. A las cerdas de exteriores se les suele dar mano de galpón para evitar los herpes zoster, que tampoco es el caso, que la cerda era de elevada cuna, que el Ficus de la portería bien que declaró que dormía en litera con dosel.

No dándome cuenta del extremo atocinamiento del suelo, y teniendo por costumbre ir descalza, a la pata coja y con el ojo izquierdo cerrado, resbalé gracilmente como corresponde a una Evita como yo, y dándome glorioso guarrazo en el piso, quedome inconsciente para iniciar, tarará-tarará, un viaje en el tiempo.

Y esto aclara muchas cosas. Mis cosas.
Y si, mis cosas, por qué está visto que aquí todo el mundo está educado en Jarvarsete, pero yo soy la única capaz de recitar El Quijote con solo 250 ml. de oxígeno y en mp3.

Pues iba ya cerca del horizonte de sucesos cuando me crucé con una señora, o cosa, que se había mezclado consigo misma en forma de nietabuela, con muchos ojos y tres manos en cada parte del cráneo, que era cuadrado, y gritando a voz en cadera, que me parece a mi que ahí se le escondía a eso el fuelle: -¡En el universo no se folla ni ná!- mientras perseguía blandiendo el cuello de un alemán, a ratas, ardillas y gatitos suaves y esponjosos. Que trauma, que trauma.

Como comprenderán, mi ya empobrecida psiquis no podía sufrir tanto perplejismo esotérico-licuado-rampante, así que en un último rayo de cordura, me pellizque un sobaco y desperté. Y mis ojitos hermosos y anclosos lo primero que vieron fue a una araña que estaba y no estaba, a un señor vestido de blanco ipod abrazado a una máquina de café, y a otro señor con un cestito en el que llevaba un tarrito de miel, melocotones frescos y un hermoso mantel. Y veneno para matar a la monstrua verdosa vicetiple.

-Niña Eva, ¿quieres un compromiso sin piso?-
Me dice la Seña Rosa.
-Bueh…Pues sí.
¿Qué podía ser peor?

¡Jesús! Asísteme. Y si eso, te manifiestas.

Nota marginal: ésta nota es una marginal y de mala familia. Aclarado este punto, tengan claro que yo no entiendo bien eso de las etiquetas. Yo por etiqueta entiendo que será para marcar, digo yo. Bueno, pues este post no tiene etiqueta, así que mi deber es informarles de que no deben lavarlo a más de 30º, y les recomiendo el secado horizontal, se queda más estiradito. Lo de planchar es de la Llovizna, pero anda liada arreglando el mundo.

Un paso más en la evolución doméstica.


miércoles, 21 de marzo de 2007

Follando agujeros de gusano



Follar en realidad no folla nadie, pero por una cuestión de la física. Resulta que hay agujeros de gusano en el universo, y que uno de ellos es la vagina de una mujer. Nada más traspasar el umbral, empieza la aceleración del tiempo y del espacio. El pitulín aflora, pero en otro lugar de universo, sin gozar el mullido espongiario de las paredes vaginales. En realidad es un mete y saca contra el vacío y oscuro universo. Y me callo, porque esto ya es materia de Rosa Llovizna...

lunes, 19 de marzo de 2007

Comunicación al equipo 3

Mantel dice: Por favor, para cualquier comunicación al equipo diríjanse a la entrada "Comunicación al equipo 2" y déjense de coñerías con la comunicación al equipo 3. No habrá comunicación al equipo 3. Háganse a la idea de que esta Comunicación al equipo 3 no existe y nunca ha existido y nunca existirá. Yo no tengo la menor intención de comunicar nada al equipo en esta Comunicación al equipo 3. Y espero que a ningún miembro del equipo se le ocurra comunicar nada por esta tercera vía. Para eso está la 2. Y para eso estaba la 1, aunque Ingle y Rosa conspiraron para crear la 2. Así que déjense ya de joder con la 3 y pasen a la 2.

Y ahora, para terminar de cagarla. Voy y publico esto.

Ja.

Y el que quiera que lo borre.

Ja.

Rosa dice: Oiga, usté. Sí, usté, el de las pompas de jabón Pompidú Pomponio PimPamPum. Don Mantel, sí. Esto no existe, el Comunicado nro. 3. O sea que no está usted leyendo esto. Está teniendo una alucinación. Si hay más alucinando esto es una alucinación colectiva (acá les decimos bondi a los colectivos) Le recomiendo pedir un suplente para el trabajo y descansar por tres días. Para los mocos oigame, use papel higiénico que es más cómodo que los pañuelos de papel y más higiénico (por eso es higiénico)
La tercera vía, la tercera vía. Está muy esotérico. A mi me gusta la tercera vía, que es ir por mi cuenta.

Che, yo no conspiré, yo tomé la sugerencia de Codo, Ingle, el hombre ese. Me pareció coherente, ya era muy largo el poste ese, no?

Yo no quiero borrar esto. Está bueno experimentar.


No les parece que podemos hacer una obra de teatro así, en partecitas? Cada capítulo sería lo que dice cada personaje.

Ay, qué moderno está quedando esto...

Mantel dice: Doña Llovizna, esto no puede continuar así. Si hemos quedado en que no se utiliza la Comunicación al Equipo 3, pues no se utiliza. Y si se utiliza, pues se utiliza. Pero yo lo que digo es que lo mejor es no ulilizarla y mandar a la mierda cualquier cosa que parezca una Comunicación al Equipo 3. Mire Usted, ¿Qué pasaría si alguien que no fuera del equipo leyera esto?, ¿eh?, ¿eh?, ¿se imagina Usted?. Y peor aún, ¿se imagina Usted que alguien que no fuera del equipo leyera esto Y LO ENTENDIERA?. Vamos, por favor, no sé qué aneurisma se nos ha reventado, pero esta comunicación debería de ser PRIVADA, SE-CRE-TA, porque para eso es una comunicación al equipo, para que los demás que no son del equipo no se enteren de los entresijos del equipo ni del exquisito modus organizantis (se dice así y punto) de este blog.

Yo soy partidario de borrar esta entrada que no existe, porque no tiene sentido publicar una entrada que no existe. Pero si Usted no la borra no seré yo, ah, no, no, no, no voy a ser yo el que haga el papelón de malo en esta obra de teatro bondi. Bondi a mí me suena a marca de pan de molde, pero no sé cómo dicen al pan de molde en el lado austral. Lo mismo lo llaman pan mierda. A mí una vez se me caducó un paquete de pan moldi, digo bonde, bondi, molde, joder, molde en la nevera, se me caducó por ponerlo al lado de un tomate que tenía el culo virado para abajo y el pan se volvió verde y le salieron pelos y si acercabas el oído hasta escuchabas conversaciones entre las lonchas de pan en un extraño idioma pan. Yo lo qu
e digo es que no pienso hacer caso a la comunicación al equipo 3. Me vuelvo a la 2. Y esto se está alargando. Y además sin comentarios. Y la culpa de don Codo, entonces. Publicar.

Rosa dice: Tonces acá no escribo nada? Viera los ojos que pongo ahora... de tristeza... parecen dos panes de molde, o sea panes de molde que les decimos acá. Y pan lactal también le decimos acá.
Bueno, no escribo nada acá. Publicar

seremos lonchas de pan???
Publicar
INGLE DIJO: (en pasado)
Yo una vez compré pan de molde en una boutique, pero como no tenían molde de pan (que es cuadrado) me dieron pan de molde de teta de Elsa Pataky, que es molde redondo y orondo.
La cosa no salió bien, porque cada vez que comía el pan con molde de teta, se me subía la cosa, y mire usted, acababa el pan con un agujero en el centro.
Esto era peligroso. Una vecina me ofrecía matarle las avispas a cambio de besos. Una tarde que le maté media docena, le dije que un beso era poco, y que si me dejaba tocarle los moldes de pan. Ella arrugó la frente, y yo lo interpreté como un sí, pero me arreó una hostia, y desde entonces creo en dios.

Rosa dice: (ahora, lo estoy diciendo mientras lo escribo, Ingle, usté tener problemas temporales, ser mago?)
Si usté le tiene fe a dios podrá tocarle las tetas a una moldera que cocine buen pan, don Ingle. Rece, rece. Y publicar
INGLE DIJO:
En el Valle del Golfo vivía un golfo bien golfo. Si un camello se aventuraba a cruzar el valle, el golfo se lo trajinaba. Si llovizna caía del cielo, el golfo se la ventilaba. Pero un día se le apareció una avispa, y el golfo no quiso traginársela y la mató porque le daba dentera. Al rato apareció una niña y le dio un beso. Desde entonces el golfo dejó de ser golfo, se volvió poeta que desea la teta. Y no dijo más...

Mantel dice: Pan lactal es una expresión increíblemente erótica. No se me quitan las negritas, no sé porqué. Ingle tiene un Negrito de cuatro patas que tampoco se le quita. Yo viví en el Valle el Golfo una temporada y lo mejor de allí era la carne y los murcielaguitos porque nunca había visto murcielaguitos ni probado carne tan rica como la del Valle del Golfo. Yo no sé quién es la Elsa esa, ¿viene de regalo en las bolsas de pan lactal-bondi-molde?. No puede haber tristeza más triste que la de los ojos como pan lactal así que entonces para que Doña Llovizna no se panee mejor que publique, pero que conste que yo no sé si esto va a ser bueno, muy bueno o pestilente. Joder.

sábado, 17 de marzo de 2007

Quién es Quién

En algún lugar ya he contado que cuando nací meé al doctor en su cara y que en venganza me extirpó la sensibilidad. También me extirpó otra cosa, aunque eso lo descubrí con el paso de los años: la personalidad.

Cuando era niño sabía que ser niño no servía para nada. En aquella época los niños no contaban. Así que no me preocupaba al ver que yo no tenía vicios ni ídolos como tenían otros niños, pensaba que esas cosas ya me vendrían cuando fuera mayor, es decir, cuando fuera algo. Me hice del Real Madrid porque todos los niños tenían un equipo favorito de fútbol, y como había que responder cada vez que un adulto te preguntaba con cara de imbécil “¿Y tú de qué equipo eres?”, me pareció que ser del Real Madrid era lo más conveniente. Cuando dejaron de preguntarme dejé de ser del Real Madrid. Y así con todo. No tenía un programa favorito de televisión: mis primos y mis amigos perdían el culo por llegar a tiempo para ver a los payasos de la tele. A mí me parecían simplemente eso, unos payasos. Rara vez me hacían reír y desde luego no los consideraba una prioridad frente a jugar a solas con mis cochitos.

Llegó la adolescencia y entonces sí empecé a preocuparme. Pensaba: “Jo, ya va siendo hora de tener personalidad”. Y la personalidad no aparecía. Creía que cualquier día me levantaría de la cama y sentiría que ya tenía personalidad, que ya por fin tendría criterio para discutir y defender con vehemencia mis posiciones inamovibles, mis preferencias, mis héroes, como hacían otros. Como hacía el cabrón de Pedro Expósito, que me levantó a la primera chica de la que me enamoré en mi vida. Pedro era el triunfador de la clase, el más abierto, el deportista, el que primero se desarrolló. Yo fui el último, pero al final fui más alto que él por diecisiete centímetros. Jódete, pigmeo.

Mientras otros discutían sin escucharse entre ellos, yo permanecía callado porque no sabía qué decir. La mayoría de las veces ni siquiera entendía porqué aquello parecía ser tan importante para ellos, porque hablaban de gente y sucesos desconocidos y lejanos. Pero, joder, no podía evitar sentir que tenía el cráneo vacío.

A pesar de lo que pueda parecer, con los años he madurado mucho. Ahora he descubierto que el no tener personalidad es una gran ventaja para moverte por la vida, porque te permite adaptarte a cada situación mimetizando la personalidad que más te conviene. Así puedo implicarme en mis tareas y desarrollarlas con un alto grado de éxito.

Por las mañanas soy un paciente conductor que se cabrea lo justo por tirarse 45 minutos para recorrer 16 kilómetros. Luego me convierto en un eficaz trabajador que es capaz de sacar adelante el trabajo con calidad y precisión como si le interesara lo que hace, sin desatender el blog ni los correos durante la jornada laboral. Mi no personalidad tiene una paciencia felina, pero cuando algún capullo me hace enfadar lo necesario, soy un implacable y educado irónico capaz de mandarlo a la mierda haciéndole creer que es un puto Dios. Por las mañanas apenas digo malas palabras (coño, joder, y ese tipo de cosas que tanto gustan a mis otras personalidades). A mediodía soy un buen devorador de alimentos, que se somete a esta tarea con especial dedicación. Por las tardes soy un tío tranquilo que viste en vaqueros viejos y empieza a largar improperios por la boca. Por las noches soy un ameno conversador degustador de vino o cerveza en buena compañía. Luego duermo como un cerdo y resulto un eficiente soñador en colores.

Y, además, soy el hijueputa esquizofrénico que despierta a los vecinos riéndose dormido.

lunes, 5 de marzo de 2007

SOBRE BRUJILDA GALPÓN Y SU ABOGADO

De mis padres carnales tengo pocos recuerdos. Sólo un tanga de leopardo parlante y un pedazo de muérdago que se olvidaron en el galpón. Para mí que el tanga lo dejaron a posta, porque a menos que esté guardado en un cajón no se calla ni debajo del agua (nunca hay que lavarlo a menos de veinte grados, se pone insoportable). Fui a visitarles cuando estaba algo grandecita para informarles de que había nacido y crecido. Rosa Llovizna, gracias a un sexto sentido, supo siempre de mi existencia.

Mi familia adoptiva es muy amplia. La mayoría emigró a Argentina, a la güerta de un valiente, donde viven en una colonia de zapallos adosados. El dueño les tiene a cuerpo de reyes. Ha levantado una especie de tótem para impedir que el espíritu del pájaro devores a mis familiares y sus casitas. A cambio, le ayudan en su ardua tarea de exterminas hormigas y babosas.

Me resta contarles todo sobre mi madre (adoptiva).
Cuando Paca sólo era un huevo en el interior de su mamita (Nerea), ésta picó a una vaca frotadora francesa (Charlotte). Nerea murió de parto. Al parecer la mataron a disgustos entre mi madre y mis casi 800 tías que no se ponían de acuerdo en el orden de nacimiento. Tras un mes de discusiones, y con mi abuela fallecida (en parte también de aburrimiento) decidieron romper el saco y salir todas a la vez. A Charlotte, viéndolas tan pequeñas y con las tetas tan grandes se le despertó el instinto maternal. Después de todo aquellas huerfanitas llevaban su sangre. Decidió amamantarlas (lo que supuso el final de su carrera en Playcow, dado que sus atributos menguaron considerablemente). Gracias a esa leche tan grasa, Paca y sus hermanas fueron las arañas de Galpón más deseadas por los machos del lugar. Bueno, no exactamente ellas, sino sálvense sus partes y no olvídense sus genes frotadores.

Para cuando Paca me acogió en su seno (digo senos) era viuda. Siempre vestía de negro, no sé si por el luto o porque era de ese color. Se lo pregunté en una ocasión, al igual que por qué no había vuelto a casarse. Se limitó a sonreír y relamerse. ¡?. Fue una buena madre. A ella le debo un ombligo que produce seda, las uñas de los dedos gordos de los pies retráctiles, un par de lindos quelíceros, con aspecto de colmillos humanos, que se tornan rosa irradiante cuando voy a inyectar veneno y el pasar por ecdisis (mudas) sucesivas. Bueno, tengo ciertos problemillas con los hombres a causa de una serie de rituales de apareamiento heredados que…en fin, de ese aspecto no diré nada si no es en presencia de mi abogado (el Señor Ingle).

Conocí al señor Ingle una tarde de primavera en el galpón. Paca, había salido a buscar un palo frotador. Yo trataba de echarme la siesta sobre un montón de paja cuando una franja naranja butano me deslumbró. Me incorporé lenta y silenciosamente, como aprendí de mi madre adoptiva, y desde la oscuridad pude observar de espaldas a mí a un apuesto muchacho (cuyos pantalones dejaban entrever parte de sus calzoncillos) que permanecía inmóvil frente a un pedazo de queso atado con un hilo. Qué cosa más extraña, pensé. Una hora más tarde, allí seguía, inmóvil. Me picó la curiosidad (a veces se me queda marca) y decidí dirigirme (con la voz) a él:

Brujilda: Disculpa trataba de descansar cuando he percibido tu presencia. Me llamo Brujilda Galpón y no recuerdo haberte invitado a mi casa.

El muchacho, que parecía tener la mente en algún otro lugar, tardo algunos segundos en responder.

Johnny: Disculpe, no pretendía incomodarla, verá yo…sólo quería cazar unos roedores.

“¡¿Unos roedores?!”, pensé. “¡¿Disculpe?!”, pensé. “Qué muchacho más educado. Y qué raro. Me cae bien”, pensé. Así que decidí no clavarle mis quelíceros. Fue entonces cuando me contó que trataba de hacer una corona de ratones degollados para una tal Nerea (pero que no se lo contara a nadie). ¡Nerea!, pensé, como mi abuela. No puedo chupar a un chico enamorado de una mujer que se llama así.

Brujilda: Pues verá, soy alérgica a los gatos. Lo heredé por la leche de mi madre adoptiva. Ella les tiene pánico, jamás me dejó tener uno. Se salvan los de color negro (gracias a mis padres carnales). Los blancos irradiantes son los que más me hacen estornudar. Si tuviera uno se lo prestaría, pero ya ve, como no quiera una poción. Y la verdad, aún no se me dan muy bien…

Johnny: ¡¿Podrías hacer que los camellos naden bajo las fuentes?!.

Brujilda: ¡¡¡¿Todos?!!!! Hum…Pues va a ser que no. Demasiadas pócimas. Harían falta muchas ancas de mujer rana y son muy difíciles de encontrar.

Johnny: Mujeres rana….jamás he visto una de esas. (Él no sabía que años después encontraría una roca repleta de mujeres rana al lado de casa).

Johnny decidió que si no era posible arreglar lo de los camellos, no tendría sentido regalarle a Nerea una corona de ratones degollados. Así que se conformó con que le cambiara el color de sus calzoncillos, que ya se había cansado de aquel naranjita. Fue el principio de nuestra amistad.

viernes, 2 de marzo de 2007

Los problemas de Armando Nuez

Hoy salí a tomar unas copas con mi amigo Armando Nuez, y esto es lo que me contó:

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”“Te lo dije. Iba a haber bronca y la hubo. Ayer se levantó de morros, estuvo todo el día de morros y a mediodía hubo bronca. Otra vez que si yo no te importo que tú no me necesitas que quiero SABER QUE SOY tu prioridad alfa que si no buscas momentos para estar conmigo que si no compartes nada conmigo que si nunca me entero de lo que estás pensando siempre con cara de estar en tu puto mundo que si tienes tiempo para tus crápulas amigos pero no para mí y tal y tal y tal. Yo estoy ya hasta los cojones de todo esto porque esta conversación se repite cíclicamente entonces le digo oyes que a mí me tienes hasta los güevos con tanta histeria tuya y con que te levantes con tus loqueras y me pongas de mala leche desde por la mañana y que harto estoy de que me robes felicidad a cuenta de tus crisis y de tu puta regla y que harto estoy de que me maltrates con tus gritos y tus interrogatorios presumibles de culpabilidad sin yo haberte hecho nada malo y entonces me dice que claro que alomejor resulta que está histérica por mi culpa porque como yo no le hago caso… entonces le digo pues mira si todo está tan mal si de verdad piensas que no te hago caso y que todo está tan jodido porque soy tan desastroso pues habrá que buscar solución y ella qué solución y yo joder, pues separarnos porque si las cosas están tan graves no tiene sentido seguir así. Entonces sigue con la misma matraquilla se levanta y se larga y yo me quedo dormido en el sillón de la sala porque en estas conversaciones hago como que la miro a los ojos pero en realidad me concentro en un punto intermedio entre sus ojos y los míos y eso me da un sueño que te cagas. Al rato viene llorando y temblando y me pregunta que si estoy pensando en separarme y yo le digo que no, que lo que he dicho es lo que he dicho ni más ni menos y se lo repito y ella pues si no estás pensando en separarte no me vuelvas a decir eso nunca porque ya me lo has dicho varias veces y entonces yo pienso que tú piensas en separarte y me quedo peor todavía y yo repito yo lo que digo es que si de verdad todo está tan jodidamente mal y si según tú yo tengo la culpa de todo esto no va a cambiar porque tú eres así y yo soy así y entonces a qué seguir juntos y entonces llora más y me abraza y tengo que abrazarla y miro al techo haciendo como si tuviera ganas de abrazarla y me dice te quiero y yo le dijo hum... y entonces me voy cabreando por momentos y me largo a tirar la basura y ella qué te pasa y yo nada y ella estás enfadado y yo no sólo estoy jodido ya se me pasará pero el qué se te pasará cuéntamelo, dime algo porque sino no me entero y yo adiós me voy a tirar la basura. Y por la noche otra vez la retahíla y cuando estoy intentando oír radio se acerca y entonces me dice ¿es que no te das cuenta de me siento sola tú siempre con tu mierda de radio? y yo le digo ¿cuálo? y me dice, sí, todas las noches te pones a escuchar radio y yo me siento sola y yo le digo che, che, che, un momento, que tú llevas 16 años que lo que haces es ponerte a ver programas de mierda en tv y yo no te digo nada, a ti te gusta eso y a mí no, yo oigo radio, así que no veo el problema de que yo me ponga aquí y me parece tremenda estercolera que me vengas ahora con esas. Anoche yo dormí como un cabrón pero ella se pasó toda la noche despierta y llorando. Esta mañana se viene abajo en el baño y llora y llora y llora y me abraza y dime que esto tiene futuro y dime que no te vas a aburrir (ya es tarde para eso, muñeca, pienso) y bua bua bua, yo hago como que la abrazo mirando al plafón y pensando joder se me hace tarde para el trabajo y la tranquilizo como quien calma a un perrito al que has dado su primer baño demasiado pronto y no pasa nada no es para tanto estás llevando las cosas muy lejos y desde que puedo me largo al trabajo pero antes paso por el bar y tomo café y un anisado porque si no me jode también todo el día.””
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Yo le dije a Armando: “Macho, o te vas a putas o te abres un blog”. Que yo sepa, no ha abierto blog.

Conociendo a Brujilda Galpón


Los padres de Rosa Llovizna estaban cabriados porque la niña siempre estaba pegada a sus faldas y no les dejaba ni a sol ni a sombra. El problema es que así no podía follar.

Una tarde le dijeron a la niña si jugaba al escondite, y mientras la probre contaba hasta cien, les dio tiempo de perderse entre los trastos del galpón y allí, amparados por la negrura y la humedad, echaron un kiki.

Se fueron de allí, aliviados, sin saber que, fruto del revolcón, entre la paja quedó un ovocito fecundado. A los nueve meses nació, por medios propios, su segunda hija, Brujilda Galpón, que, a falta de padres, fue amamantada por una araña que por una esquina apareció.

La niña brujilda, con el alimento arácnido, crió culo como si araña de galpón fuese. Cuando creció y se presentó a los padres de carne (que no de leche) como hija legítima, causó sensación en el barrio. Una chica con el culo tan grande, y tan delgada, jamás habían visto. El culito galponero los ponía locos.

Pero ella, luego de chuparlos, los desairaba porque por su sangre corría el gen siniestro del alimento arácnido que tomó cuando era beba.

Y por esto Brujila Galpón es tan rarita. Si la ven por ahí, tengan cuidado que no les pique la curiosidad (porque se les armará buena pupa en la curiosidad)

martes, 27 de febrero de 2007

La leyenda de Rosa Llovizna


Rosa Llovizna era normal hasta aquel día que le subió la fiebre y se tiró al bosque. A pesar de la lluvia corrió y corrió, en busca de la flor pene. Se caló a los huesos, tiritó y lloró de rabia, pero no dio con la flor pene.

Quedó mal del tarro. Los padres la ingresaron en una institución para dementes. Nunca conoció varón. Cuando le aprietan las hormonas se escapa del manicomio y va a dar a una gasolinera cercana. Allí se mete en el autolavado, se refresca bajo la presión a chorro de las mangueras y deja que los enormes cepillos le hagan cosquillas en las nalgas y en los pechos.

Sale mojada y empitonada como una fiera. Al primero que pilla lo tumba y lo hace suyo.

Pero nunca logró ver a la flor pene. De ahí su tristeza.

Pobre Rosa Llovizna.

lunes, 26 de febrero de 2007

Hay que joderse

No sé cómo carajos he llegado hasta aquí. Hace unos segundos estaba tan tranquilo y de pronto recibo una amenaza de coadministración y ¡¡mierda!!, cómo te cambia la vida en unos segundos. Aquí estoy, un estúpido burro en medio de una pradera rosa, dejándose mojar por la Llovizna. No soy pequeño, ni peludo, ni suave; no estoy lleno de florcitas verdes ni ocres ni de ramitas amarillas ni de mariconadas por el estilo. Soy simplemente un Mantel que ha sido invitado a limpiarse con esta servilleta. ¿Qué saldrá de aquí?. ¿Será una mezcla, o tres versiones de un mismo ser?.

Estoy abrumado. De momento no se me ocurre nada más, sólo

¡Hay que joderse!